N.A. helmets: Un legado que desde Liniers conquistó Nürburgring y protege al mundo
Desde 1956, en Liniers, N.A. Helmets, bajo el liderazgo de Cristian Valls, ha sido un faro de seguridad y desarrollo tecnológico. Nacida de la experiencia de Valls como paracaidista militar, la empresa ha protegido a pilotos de automovilismo y motociclismo, así como a las Fuerzas de Seguridad argentinas.

La Torino 3 que corrió en Nurburgring, conducida por Eduardo Copello, Oscar «Cacho» Franco y Alberto Rodríguez Larreta
La marca N.A. se ligó a la epopeya de los Torino en Nürburgring. Valls rememora la visita del Ingeniero Gustavo Adolfo Durán, quien, además de ser una figura clave, fue el brillante ingeniero que solucionó el problema del motor de los Torino. Él agradeció personalmente a Valls porque un casco N.A. le salvó la vida en un accidente con un prototipo de Torino. Este suceso trascendental llevó a Juan Manuel Fangio a equipar a su equipo con ellos. Hoy, muchos siguen consultando por estos cascos históricos del «Infierno Verde». Valls, quien conserva las matrices originales, planea ediciones especiales de esos mismos cascos. Su visión fue más allá del casco, adaptando su arnés de paracaidismo a vehículos de carrera, inspirando los actuales arneses de cinco puntos. En el Automóvil Club Argentino, impulsó medidas clave de seguridad como tanques ininflamables y jaulas antivuelco.

El quíntuple mundial Juan Manuel Fangio compró 12 NA helmets por recomendación del Ingeniero Gustavo Durán
La verdadera pasión de Valls es proteger vidas. Dedicó años a desarrollar cascos balísticos 100% nacionales con CITEFA. A diferencia del Kevlar, los N.A. no caducan y resisten impactos de proyectiles. Anécdotas conmovedoras relatan cómo salvaron a policías federales en enfrentamientos. El dicho popular: «Lo único malo que tienen estos cascos es que duran mucho», subraya su durabilidad.

Innovación en Suspensión: Cascos M6 de Combate y N.A. de Motociclistas Policiales
La innovación en suspensión es clave en los cascos M6 de combate y los de motociclistas policiales. Su sistema flotante permite que la cabeza no toque el interior, optimizando la absorción de impactos. Esto los hace frescos y cómodos para más de 12 horas de uso continuo, algo esencial para la Policía Federal. Fuentes consultadas aseguran que estos cascos llegaron al enfrentamiento del Atlántico Sur en la Guerra de Malvinas, marcando su rol crítico.

La inventiva de Valls llegó incluso a la NASA, colaborando con Pablo de León en un prototipo de casco intra-vehicular. «Es una inmensa satisfacción saber que mi trabajo contribuyó a un desarrollo de la NASA y que mis cascos siguen salvando vidas», expresa Valls.
A sus 87 años, Cristian Valls sigue al frente, impulsando el desarrollo y la fabricación del próximo casco 70 aniversario. Su mensaje para los motociclistas es claro: «Siempre usen casco, elijan uno de calidad, que no limite sus sentidos y sea cómodo. La seguridad es una inversión en vida.» El logo de N.A. está incorporado en escudos de fuerzas de seguridad argentinas, y sus cascos son reconocidos mundialmente.

Eduardo Copello, «El Maestro», en una Torino Liebre
Recientemente, el compromiso de Valls con el automovilismo fue reconocido en el Museo del Automóvil de Luján, donde conversó con Cacho Franco junto a la Torino N°2 de Nürburgring. Pilotos como «El Maestro» Copello y «Pirín» Gradassi confiaron en N.A. Helmets.
Actualmente, N.A. Helmets amplía su producción con nuevos modelos, además de los tradicionales, para seguir ofreciendo la máxima protección. En un mundo de obsolescencia, N.A. Helmets y Cristian Valls son un testimonio de que la dedicación, la innovación y la pasión por la seguridad pueden crear productos que superan los estándares y salvan vidas, una historia argentina de valor que merece ser contada.

«El Maestro» Copello, en uno de sus festejos, siempre mostrando su NA helmets