El Ingeniero Gustavo Durán salvó su vida por usar un NA helmets
El ingeniero Gustavo Durán tuvo una participación fundamental en el desarrollo del Torino, especialmente en su etapa en IKA Renault, antes y durante la «Misión Argentina» en Nürburgring.

Osvaldo Cabral, periodista; «Cacho» Franco, piloto de la Torino 3 en Nurburgring; y Cristian Valls, creador de los NA helmets. En el Museo del Automóvil de Luján, durante la celebración del aniversario 101.

Aunque Oreste Berta es conocido como «el Mago» y el principal desarrollador de los autos de competición, y Juan Manuel Fangio como el impulsor de la Misión Argentina, Gustavo Durán fue un ingeniero clave que trabajó en el experimental de IKA Renault en aquellos años.
Su importancia radica en que formó parte del equipo técnico y de ingeniería que sentó las bases y realizó el trabajo inicial en el Torino de serie para transformarlo en un auto de competición capaz de enfrentar un desafío como las 84 Horas de Nürburgring. Él estuvo involucrado en la etapa de desarrollo y preparación de los vehículos en Argentina.
Mientras Berta fue el director técnico y el encargado de la preparación final y puesta a punto de los motores para la competencia en Nürburgring, Durán representaba el conocimiento y la experiencia de ingeniería de la propia fábrica, IKA Renault. Su labor fue esencial para la concepción y la evolución del Torino desde un vehículo de producción a uno de alto rendimiento, antes de que Berta le diera el toque final de competición.
En resumen, Gustavo Durán fue un pilar fundamental en el aspecto de ingeniería y desarrollo del Torino dentro de IKA Renault, contribuyendo al diseño y la mejora del vehículo que luego Oreste Berta llevaría a su máximo esplendor en la competición. Su presencia fue clave en el equipo técnico que hizo posible la gesta de la «Misión Argentina».